
Hace 20 años Colo Colo entregó la alegría más grande que ha tenido el fútbol chileno a nivel de clubes. Aquella noche fría del 5 de junio de 1991, en un Estadio Monumental repleto y con todo el país pegado frente a un televisor, el cuadro popular se coronó por primera y única vez como el Mejor equipo de América al conquistar la hasta entonces esquiva Copa Libertadores.
Era el segundo intento y no se podía dejar pasar la oportunidad. Atrás estaban los fantasmas del Colo Colo ‘73 y la polémica final de la Copa ante Independiente de Avellaneda con quien empató los partidos de ida y de vuelta y cayó por 2-1 en el desempate.
Gran parte del plantel de 1991, además, venía con la frustración del año anterior, cuando fueron eliminados en segunda fase, tras caer en definición a penales ante Vasco de Gama en el Estadio Nacional.
El factor Jozic
Tras la partida de Arturo Salah la dirigencia alba de aquel entonces apuesta por Mirko Jozic, quien había dejado una grata impresión luego de conquistar con Yugoslavia el Mundial sub 17 disputado en el país.
A cargo del primer equipo, Jozic cambia el esquema tradicional de juego. La formación teórica de 4-2-2-2 la reemplazó por la novedad de los tres rombos. La defensa ya no marca en zona, sino con un líbero, dos stoppers, y tres delanteros, tal como lo recuerda José Daniel Morón.
"Este equipo lo comenzó Arturo Salah y luego se fueron incrustando piezas que lo fueron potenciando. Éramos un equipo maduro y muy bien estructurado que podía adaptarse a lo que el técnico pidiese. Cuando Llegó Mirko propuso un estilo de juego diferente al de Arturo, mucho más lineal y directo. Es como lo hacía Marcelo Bielsa en la selección. Con ese sistema sorprendimos a muchos rivales".
En el camino ya habían quedado, entre otros, Universitario de Lima, Nacional de Montevideo y Boca Juniors, quizá el rival más complicado. Antes, uno a uno fueron cayendo los rivales en el Monumental, recinto que se hizo inexpugnable para los equipos foráneos y que recibía en cada partido a miles de hinchas que alentaban al equipo albo hacia la tan anhelada cima. Sí, porque la campaña de ese Colo Colo 1991 se basó en la extraordinaria capacidad de aplastar a los adversarios, sean quienes fueran, en el reducto de Pedreros.
"Cuando uno va pasando etapas va creciendo el optimismo. Creo que cuando le ganamos a Nacional acá nos fuimos consolidando como equipo y eso lo demostramos en las etapas posteriores. Un hecho no menor fue que superamos la barrera de Boca Juniors, ya que era un cuadro con trayectoria, tradición y que nos hizo exigirnos plenamente", Dijo Jaime Pizarro en la época.
Presente estaba el dicho que la Copa Libertadores "se mira y no se toca", a raíz de la supremacía histórica que han tenido los equipos del Atlántico en esta competencia. Al frente, en aquella fría noche del 5 de junio, estaba Olimpia de Paraguay, en aquel entonces campeón defensor del torneo y autodenominado "El rey de Copas".
En el partido de ida disputado en Asunción, Colo Colo lamentaba importantes bajas, además su técnico Mirko Jozic, que estaba dando instrucciones desde la reja del túnel ya que cumplía una suspensión tras los lamentables incidentes producidos en la semifinal ante Boca. En el estadio Defensores del Chaco y bajo una fuerte presión, el cuadro popular manejó el partido y consiguió un valioso empate sin goles.
Uno de los que recuerda ese partido fue Ruben Martínez, quien se fue expulsado y quedó marginado para la revancha.
"Jugué prácticamente todo el torneo y en los últimos minutos del partido con Paraguay me expulsan. Lo viví con mucha amargura, pero afortunadamente entró Luis Pérez y anotó y Leo Herrera también. Quizá estaba escrito que sería así", rememora el zurdo, quien llegó de Cobresal para romper redes en Macul.
Llegó la revancha una semana después, y Colo Colo tenía la oportunidad de hacer historia, de entrar en los récords, en las páginas gloriosas de nuestro deporte.
Jozic tuvo problemas para conformar la formación titular. Al mencionado Martínez se sumaban las ausencias de Patricio Yañez y Ricardo Dabrowski, lesionados. El técnico croata debió improvisar y puso en ofensiva a Marcelo Barticciotto, Gabriel Mendoza y Luis Pérez.
Los cambios en el equipo no se notaron, demostrando así que ese plantel era un grupo cohesionado, unido, de gran jerarquía; no sólo en el ámbito futbolístico, sino también en lo humano.
Los dos goles de Luis Pérez a los 12 y 17 minutos, más el de Leonel Herrera a cinco del final sirvieron para abrochar una noche redonda, una noche mágica, una noche histórica, donde se sepultaron todos los fantasmas.
"Para mí lo más importante era jugar y se me dio esa gran posibilidad y la pude aprovechar. Eso superó todas las expectativas que tenía para esa noche. La idea mía era aportar al equipo para que ganara el partido y se dio mucho mejor que eso, algo que ni en mis mejores sueños lo podría haber imaginado", recordó Luis Perez, autor de dos de los tres goles.
Las lágrimas, los cantos, las antorchas y las celebraciones de aquella noche aún permanecen en la memoria colectiva de todo el pueblo colocolino.
Han pasado los años, es cierto. Ya son 20 y pese a la lejanía, la hazaña del ‘91 sigue más viva que nunca para los hinchas y jugadores albos que participaron en esa justa.
"Son los recuerdos más hermosos de mi vida, son de aquellos que se le contarán a los nietos y se los llevará a la tumba. Hasta que otro club tenga esa copa tan preciada y querida vamos a seguir recordándola por siempre", reconoce el lateral Gabriel Mendoza.
"Con el tiempo recién dimensioné lo que habíamos logrado. En ese momento fue como dar una vuelta olímpica más, pero con el tempo le he dado el valor real de lo que conseguimos, ya que era muy difícil ganar esa Copa y haber participado de ese plantel y a tan temprana edad fue un tremendo orgullo", confesó Miguel Ramirez, el stopper albo de la época.
Muchos se preguntan cuándo será la ocasión en que un cuadro chileno vuelva a repetir tan importante logro. Algunos han estado cerca, otros no tanto, pero lo más importante, es que gracias a ese grupo de jugadores el país deportivo ha gozado un verdadero triunfo futbolístico; gracias a ese grupo de hombres es que Colo Colo está entre los grandes, en el grupo de equipos que le puede decir con orgullo al resto que "La Copa se mira...pero no se toca".
La historia es lo que hace llamar a a un club grande…